miércoles, 5 de agosto de 2009

El porqué mi abuela no lleva pendientes

Os voy a contar el porqué mi abuela no lleva pendientes. La historia comienza un día de colegio cualquiera en el que a la profesora puso a las alumnas a zurcir calcetines de su marido. Ya se sabe que en aquel entonces la enseñanza era un poco distinta y a las niñas se les enseñaba a coser, zurcir, bordar y otras muchas labores del hogar. Lo poco que mi abuela aprendió fue gracias a su padre que le enseñó a leer, escribir y a hacer cuentas. En esto último puso mucho empeño y mi abuela a día de hoy hace multiplicaciones, divisiones, sumas y restas de memoria y más rápido que cualquiera de sus nietos.
Pues bien, imaginaos a mi abuela con 9 años y queriendo aprenderlo todo teniendo que desperdiciar el tiempo de colegio teniendo que zurcir calcetines. En un par de ocasiones ya se había quejado a la maestra por tener que hacer esa labor y había recibido un par de buenos golpes con el huevo de madera que se introducía dentro de los calcetines para poder remendarlos más cómodamente.
La forma de dar la clase no había variado y su padre le había dicho que para ir a la escuela a coser lo del marido de la profesora, bien podía coser los calcetines de casa, que en su familia también había que zurcir calcetines.
Al día siguiente cuando llegó a la escuela y la maestra le mandó zurcir de nuevo mi abuela sacó de su bolsita los calcetines de uno de sus hermanos. Entonces la señorita le preguntó: ¿Qué hace? ¿Qué pretende? y mi abuela dijo que su padre le había mandado. Entonces agarró a mi abuela por las orejas y le arrancó los dos pendientes de cuajo, rajándole el lóbulo de la oreja.
Para que veáis que en la antigua escuela sí que se llevaba lo de "LA LETRA CON SANGRE ENTRA".